El brillo me encandiló de manera súbita. Perdí la noción del tiempo y el extraño fulgor tomó posesión de mis ojos por completo.

Caí de rodilla y sentí la luz escocer dentro de mis pupilas a la vez que una frase se repetía en bucle dentro de mi cabeza.

Bienvenido al paradigma de la literatura, al juego de la vida.

Finalmente, fuiste derrotado por los ojos ciegos de aquellos que ven lo que no deben ver.